Sunday, July 17, 2011

FANATISMOS RELIGIOSOS



FANATISMOS RELIGIOSOS
 
 
Sesión de Psicointegración: 22/Jul/2008
De Jorge Raul Olguín.
Habló del peso del 10% sobre su 90%. Los sentidos físicos permiten gozar aunque crean dependencia. Habló sobre el rol de ego del fanatismo, sus consecuencias negativas. Dio ejemplos como que el crear sentimientos de culpa a un niño debido a un dogma es un acto hostil, la suficiencia de quienes defienden su verdad dogmática, la apariencia de quienes por detrás tienen muchas veces crueldad, indiferencia, etc. Es importante ser coherentes. La persona actúa bien o mal según sea su espíritu, más que según las circunstancias de su vida aunque por supuesto estas influyen. Explicó la necesidad de tener una buena actitud para el servicio, y de no dejarse afectar negativamente por los problemas. Hay muchas cosas sencillas de hacer que son servicio.

Se dice a través de lo que es la revelación del mundo espiritual y angélico que hay un nuevo paradigma, un nuevo paradigma que ya lleva más de una década que es que el ser humano no tiene un alma sino que el ser humano ES UN ALMA, y tiene un cuerpo como si ese cuerpo fuera la vestimenta. El paradigma es entender que solamente encarnamos en un 10% y que el otro 90% de nuestra parte espiritual está el plano suprafísico que corresponde.
El 10% tiene una fuerza tan grande, tan grande que puede hacer estremecer a su 90%. Lo aclaro en qué sentido lo digo. Mi parte espiritual dijo en algún momento y en reiteradas ocasiones que el plano físico es un pozo gravitatorio, es un agujero negro, como te jala hacia abajo, y es cierto porque si bien nosotros encarnamos para gozar de los cinco sentidos, a veces esos cinco sentidos te juegan en contra porque crean dependencia, los cinco sentidos crean dependencia. Tenemos necesidad de caricias, necesidad de afectos, necesidad de sentir el calor del sol, crea necesidades; pero a su vez, nuestra parte encarnada, nosotros, este ser humano, somos presas del ego que es el instrumento más feroz para someternos, y el ego como lo he dicho varias veces no es un objeto independiente de nosotros, somos nosotros mismos, es el rol que representamos, y uno de los roles más perniciosos del ego es el fanatismo porque el fanatismo te quita el discernimiento, el fanatismo quita coherencia, quita sentido común, el fanatismo crea dependencia, el fanatismo no razona, el fanatismo se vuelve sordo, ciego, entiende pero no quiere entender, valga el juego de palabras.
Y me quiero referir exclusivamente al fanatismo religioso, el fanatismo religioso donde papás y mamás católicos llevan a bautizar a un chico y el chico lee “por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”, cuando ese niño no es culpable de nada porque tiene 8 años de vida, no ha cometido actos hostiles, no hablemos de vidas pasadas.
Ahora me quiero referir exclusivamente a la vida actual de cada uno, un niño de 8 años, salvo excepciones, comete travesuras no actos hostiles, entonces inculcarle, esto es implantarle engramas, inculcarle culpa a un niño a una niña, ese es un acto absolutamente hostil con el agravante de que como ya lo dije en otras oportunidades hay distintas categorías de ego, una de ellas es la suficiencia, por suficiencia se entiende un cóctel o combinado como le queráis llamar, la suficiencia sería una dosis de pedantería, una dosis de petulancia, una dosis de narcisismo, ese famoso aire de suficiencia de aquellos que supuestamente representan al Padre y a los que no se les puede objetar ni un estornudo porque son los dueños de la verdad, de su verdad.
Como agravante no hablamos de las ramas cristianas protestantes que adoran a Jehová el Eloah del antiguo testamento que sabemos muy bien que fue cruel y despótico, cómplice junto con Moisés de miles y miles de muertes, de torturas, de empalamientos, de violaciones, de sacrificios estériles de bebés lactantes o de ancianos. No, hablemos de los católicos comunes no protestantes que si bien no tienen ese fanatismo como los cristianos protestantes, que en algunos países de América se llaman ‘evangélicos’, tienen cierta crueldad para con aquellos que no comparten su doctrina, palabra que detecto junto con dogma.
Hace muchísimos años atrás, 16 o 17 años atrás, me tiro más por 16, conocí a una señora mayor que era ministra de eucaristía en una iglesia carismática del barrio de Belgrano – Buenos Aires –, ayudaba a los sacerdotes, ayudaba en las ceremonias, las misas eran muy buenas porque eran cantadas, se tocaba la guitarra, pero la conocí a esa persona mayor en su vida privada. Era una persona absolutamente cruel, despótica, sometía a su hija física y moralmente, la hija de cuarenta y algo de años se había ido de pequeña a una escuela de monjas donde la torturaban, no la flagelaban, faltaba eso nada más, pero la hacían caminar en invierno descalza sobre arroz, la hacían mojarse con una pequeña ropa en la lluvia en pleno invierno como castigo por haber rezado de menos, y cuando la hija siendo más grande se lo reprochó a la madre, la madre le dijo ‘no es mi culpa, eso dile a Dios’. Digamos como que esa ministro de eucaristía junto con otros se transformaba luego cuando uno le pedía rendición de cuentas como en una especie de Poncio Pilatos, lavándose las manos en la palangana, y también me… tiempo atrás ya retrocediendo más en el tiempo, hablo de 21 ó 22 años atrás, el papá de una compañerita de 4º grado de la primaria de mi hija, hablando pestes de todo lo que es la curia, de sus lujos, de sus traiciones en las túnicas rojas, en los templos dorados, dorados de oro, en sus cuadros de miles de dólares, y en sus contradicciones siendo que su hija ese fin de semana tomaba la comunión, argumentándome él de que lo hacía un 50% por la tradición familiar y el otro 50% porque tenía a Jesús con ella, limitando la comprensión y amor de Jesús a una ceremonia estéril, pensando seguramente con una manera de pensar tan cerrada, tan angosta, tan absolutamente angosta de que si la criatura no cumple con esa ceremonia Jesús no está con ella.
No es una manera de ofender a Jesús, obviamente que Jesús no se ofende porque está por encima del ego, pero ¿no es una manera del ser encarnado de ofender a Jesús pensando de que si el niño no cumple determinada ceremonia no va a estar con él o no va a estar con el Padre?, ¿no es una manera angosta de pensar de que si no se cumple con determinado ritual, no importa la conducta excelente que pueda tener la criatura, no va a estar en las supuestas esferas elegidas? Ese tipo de pensar verdaderamente me trastorna, trastorna mi discernimiento, a veces dudo de la coherencia de la raza humana, no quiero ser extremista.
Y ahora hablar del fundamentalismo de algunos países de oriente donde directamente hablan de ‘guerras santas’. Hablar de guerras santas sería como de flor sin aroma, como hablar de luz que no alumbra, como hablar de agua que no moja, como hablar de pérdida sin dolor, o sea no tiene lógica, hablar de guerra santa sería como hablar de asesino bondadoso; no tiene ningún sentido, no tiene ninguna coherencia, ningún sentido común.
Como yo les digo a mis consultantes, si quieren creer en algo no utilicen la fe, utilicen el sentido común, utilicen la coherencia, y la gente no utiliza la coherencia.
Entonces, no quiero irme tan lejos de referirme a este tipo de fanatismo donde en determinado país, porque tampoco quiero ponerme en contra de nadie ni que nadie se ponga en contra mía, simplemente estoy teniendo una postura, no invalidando a nadie, tampoco criticando, pero si una hija mía se inmolara suicidándose y en ese suicidio matara a treinta personas de los entre comillas “enemigos”, ¿cómo podría hacer yo una fiesta en mi casa? como he leído en distintos periódicos, he visto en noticieros o en noticias de Internet, en lugar de estar angustiados por el dolor de la pérdida de su niña, festejan el haber matado a treinta de sus enemigos. Ese tipo de acciones son las que no entran, las que no termino de digerir, es como si estuviera comiendo un hongo en mal estado.
Ahora, si analizan el ADN del descubridor de una vacuna que salva a un cuarto de humanidad y analizan el ADN de ese fanático tiene el mismo ADN; si el día de mañana les hacen una autopsia de su cerebro no van a encontrar diferencias. Eso va para aquellos escépticos que no creen en el espíritu, o por lo menos que den una explicación lógica aquellos que tanto critican lo que uno hace, que den una explicación alternativa del porqué de esas conductas, y no me hablen de crianza o de costumbres porque yo conozco gente cuyo padre era alcohólico, cuya madre era prostituta y son excelentes doctores, padres de familia, abuelos, excelentes seres humanos, no pongan el argumento de ‘y se crió de tal manera, vivió de tal manera, su familia era de tal manera por eso la persona es de tal manera, no, no lo acepto, tengo conocimiento de causa de que no es así, más cercano de lo que muchos puedan creer.
Todo fanatismo es negativo, creo en el camino al Padre, y creo que el camino al Padre tiene que ver exclusivamente con el servicio que es amor hecho obra.
Lo que muchos no han entendido todavía, y a pesar de que lo he dicho muchas veces, no está mal reiterarlo una vez más, el servicio es algo simple, es algo sencillo, no hace falta como dije muchas veces ser un médico de guerra ni ser la Madre Teresa de Calcuta si bien es meritorio lo que han hecho, porque si todos pensaran de esa manera la mayoría se abstendría, diría o no tengo tiempo o no puedo o no cuento con esa posibilidad.
Entonces les digo a todos aquellos que piensan de esa manera que hacer servicio es lo más sencillo que hay. Primero y principal es estar de buena onda, es tratar de ser querido, pero no ser querido por satisfacción personal, por ego, por decir ‘la sociedad me acepta’, sino por una actitud natural como respirar. Segundo, estar de buena onda. Tercero, estar en una escala tonal alta, yo sé que en el plano físico no es fácil porque tenemos problemas a diario, a diario la misma gente que nos rodea sabotea contra nosotros, hasta seres queridos sabotean contra nosotros sin darse cuenta o dándose cuenta, pero bueno, no podemos rasgarnos la piel cada vez que tenemos un problema sino tratar de desentendernos, no quiero ser mal entendido, no desentendernos del problema, desentendernos de que no suba la adrenalina, o sea desentendernos momentáneamente del problema como para dominarnos, como para estar armoniosos con nosotros mismos y luego sí enfrentar el problema y tratar de solucionarlo, eso significa desentendernos momentáneamente.
Pero mucha gente que uno ve diariamente -en el fanatismo religioso que vemos permanentemente- olvidan el lavado de pies que Juan relata en el cuarto evangelio donde dice ‘Si vosotros que me consideráis vuestro señor’, les dice Jesús, ‘veis que yo me arrodillo ante vosotros y les lavo los pies, esto no es una humillación, esto sería metafóricamente una especie de servicio para que veáis que nada se rompe dentro mío al hacer esto, así que cuando yo no esté físicamente vosotros podáis hacer lo mismo’. El significado del lavado de pies que tontamente lo siguen haciendo todavía los sacerdotes no significaba ESO, significaba que aún el más grande hombre espiritual pude hace el trabajo más sencillo, más humilde, que no se le va a caer nada de encima. Eso significa, ahora si vosotros miráis las costumbres de los obispos actuales veréis que hacen lo opuesto, ellos ponen la mano para que vosotros le beséis el anillo, ellos levantan la cabeza con arrogancia para que vosotros os inclinéis ante ellos, que es lo opuesto a lo que les enseñó su supuestamente maestro.
Entonces basta de ‘por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa’. Un niño no tiene culpa de nada, a lo sumo la culpa la tienen los mayores que les están no enseñando, están permitiendo que ajenos les creen complejos de culpa, les creen engramas, y tenemos que luchar, luchar entre comillas porque la palabra ‘lucha’ no me gusta tampoco porque podría ser sinónimo de violencia, tenemos que competir diría yo contra una sociedad tan cerrada, tan estrictamente cerrada que no permite una opinión ajena a ellos aunque esa opinión sea la única válida, la opinión de hacer servicio.
Y termino diciendo, para que quede completa esta pequeña sesión, para aquellos y aquellas que tienen temor de hacer servicio porque dicen ‘no, esto es demasiado para mí’, hacer servicio es abrir la puerta y hacer pasar a una persona mayor con gentileza, con una sonrisa, ceder el asiento a embarazada en un bus o a una persona mayor, ir a pagar una cuenta de luz de gas y sonreírle a la persona que te cobra, trabar una conversación en una fila cuando estás en la línea para pagar algo y dialogar con gente y simpatizar o empatizar con ellos, ser empático…
Ser empático es superior -entre comillas porque nada es superior a nada- a ser simpático, porque “simpático” es lo externo, tener una presencia agradable ante el otro, “empático” es empatizar con el otro desde lo externo y desde lo interno, vendría a ser una simpatía interior empatizar con el otro, gozar el abrazo del otro, por eso siempre trato de difundir el tema del abrazo y que no tengan miedo de abrazarse porque el abrazo gracias a Dios sí contagia, y la buena onda se puede contagiar de la misma manera que se puede contagiar la vibración negativa.

Y termino con un chiste, no seamos droopies aquellos que dicen ‘¿cómo estás?’, ‘estoy contento’, con cara de Droopy(*). Estemos contentos de verdad, todos tenemos pérdidas. Hace unos meses tuve una pérdida y aquí estoy, en el frente, no de batalla, detesto esa palabra, en el frente de la luz y soy un ser humano como todos vosotros con decenas de errores diarios y los sigo cometiendo, espero algún día aprender. Gracias. (*) Imagen de Droopy