Monday, February 29, 2016

EL GRAN SIMULADOR



EL GRAN SIMULADOR


 
Psicointegración 06/Oct/2014

Por: Jorge Raúl Olguín.

Interlocutor: Johnakan Ur-El.





A veces no es el destino sino el libre albedrío de otros por qué fracasan nuestros proyectos. Siempre hay un palo en las ruedas que determinantemente frena nuestro avance pero no siempre se visualiza este ser que nos va a hacer descarrilar. Pero ese ser tampoco es consciente de lo que va causando a su alrededor. Johnakan relata un doloroso final de una de sus encarnaciones.




Johnakan: Que difícil es iniciar una historia, la verdadera historia de Axxón y Bartome.

Recuerdo que Bartome andaba por las calles e imploraba:

-Estoy lisiado, tengo una pierna más corta que la otra, he ayudado a viudas a traer baldes de agua del pozo a cortar leña. Me han dado unas monedas pero no me alcanza, estoy aterido de frío en este invierno crudo.

Inspiraba lástima, siendo que su thetán estaba en el plano -1.


Yo era idealista, transmitía la Palabra. "Toda aquella persona que me siga, toda aquella persona que comparta mis ideas, que transmita la Palabra, transmitirá la Palabra de mi Padre, de un ser Esencial que se manifiesta en todo, hasta en vosotros".

Y sí, tenía muchos seguidores pero éramos una provincia muy inestable que dependía del comercio y yo era una molestia para el gobierno central porque pensaban que era un alborotador.


Una niña pequeña de doce años llorando y sangrando se acercó a nuestro grupo señalándolo a él, al gran mentiroso, diciendo que la había ultrajado. Uno de mis seguidores armado con una espada, desobedeciéndome, literalmente, se acercó al gran mentiroso y le dijo:

-¿Tú has hecho eso? -Poniéndole una espada en la garganta.

-¿Cómo podría hacer eso? Estoy cojo, apenas puedo moverme, mirad, mirad.


Os juro que vi volver a mi seguidor con lágrimas en los ojos diciéndome:

-Es un pobre hombre, él no puede haber hecho eso. Ayuda a las viudas, es querido por la gente, casi no ve de un ojo, tiene una pierna más corta.


Pero yo sabía de varias de sus acciones y que era un gran simulador, un gran simulador cuya esencia estaba en el plano -1. Y era conocido en toda la región, el cojo bueno. Nunca lo relacionaban con los ultrajes a niñas y a jovenzuelos porque algunos directamente no pueden decir nada, porque luego de ultrajados eran degollados. Pero de la misma manera que nosotros recibimos alimentos cuando en una gran reunión yo transmitía la Palabra, el gran simulador recibía más ofrendas que nosotros y en toda la región era querido. Y no solamente ultrajaba, robaba.


Recuerdo cuando me prendieron, recuerdo cuando le dieron al pueblo elegir -porque era una fecha importante donde se podía salvar a uno- si me salvaban a mí, Axxón o al gran simulador. La gente aullaba como lobos diciendo que lo liberaran a él, que era un ser noble, que él no tenía la culpa de que había sido parido así con una deformidad, que era una alma buena, caritativa, querido.


Y ya estaban las estructuras en forma de rombo donde ataban a la gente y luego la mataban a lanzazos, que luego es lo que hicieron conmigo, me clavaron de pies y manos.


Y la historia continua. La historia continua porque la misión es muy importante pero aún los seres buenos, nobles, astutos, inteligentes son engañados por el gran simulador. El gran simulador que de una u otra manera en cada vida, en cada encarnación, en cada momento que uno encarna se las arregla para cortar la misión. Y Eón da libre albedrío, para Eón todo es un eterno presente: ocurrió, ocurre, ocurrirá. Ya está todo escrito.


Aquel pueblo de hace más de cien mil años fue cómplice de un ser cuyo thetán estaba en el plano -1, cómplice involuntario. Y no arrastraba ningún karma porque creía en él. No es culpable quien no hace las cosas a propósito, a lo sumo responsable, pero no es para acarrear graves karmas.


Y hoy en día también, en esta vida en Sol 3, en vidas anteriores siempre hubo cómplices involuntarios, quizá duela la palabra cómplice.


No me interesa describir el sufrimiento de Axxón si fue menor, igual o mayor que el de Ien-El encarnado hace 2000 años. La situación fue muy similar: látigos con bordes metálicos que arrancaban pedazos de carne dejando a veces una costilla al aire a tal punto, mientras en ese momento el gran simulador en la casa de una viuda con sus dos hijos saboreaba un rico pollo mientras yo estaba siendo lacerado.


Ya desencarnado, mi ser espiritual conceptuó que el gran simulador mató a la viuda y a los dos niños.

El que quedó libre, el que fue perdonado, el que había sido atrapado robando las gallinas, un hurto menor. Pero claro, había que condenarlo, pero el pueblo debía elegir entre él y yo, y él fue absuelto.


El gran simulador aparece en cada encarnación más tarde o más temprano, a veces con edades similares, a veces con edades distintas pero siempre buscando poner troncos en el riel para que el tren descarrile y la misión no se complete. Y son tantas vidas en que la misión no se ha completado, tantas vidas...


Es muy ingenuo decir "Habrá más vidas donde las cosas se podrán hacer bien", porque aún en el plano 5.9 hay saturación y uno se puede tomar un descanso de 1000 años terrenales de Sol 3 dejándose llevar por las energías supra cuánticas a la velocidad de la Luz como el barquito de papel que es llevado por las aguas. Y mientras tanto crecen civilizaciones, se apagan civilizaciones, crecen otras civilizaciones, se apagan otras civilizaciones y así.


El gran simulador espera. El gran simulador no está siempre en el plano -1, a veces está en el plano 2 porque en el plano -1 no habría manera de enterarse qué ocurre "afuera" -puesto que es el plano de la soledad- pero es como que de alguna manera se entera y convence, y engaña e inspira lástima en aquellos que tienen la emoción del ego y compasión en aquellos que son más elevados. Pero el resultado es mismo, entorpecer, engañar. Por eso es el gran simulador.


El gran simulador, que cuando encarné como Juan Zebedeo fue Barrabás, un rol idéntico a aquel de Gaela y también se salvó y condenaron a Ieshu, al Maestro Jesús.


Hasta todo momento. Les habló Johnakan Ur-El.