Saturday, March 01, 2014

EL EGO EN LAS RELACIONES

EL EGO EN LAS RELACIONES

 
 
Sesión de Psicointegración: 05/Feb/2014
De Jorge Raúl Olguín.

Muchos piensan que para ser feliz debe haber una relación o alguna causa que propicie la felicidad. La felicidad es previa a todo eso. Es la felicidad la que permite disfrutar de una relación y de otras muchas cosas desde que la persona es libre de gozar con ellas sin necesitarlas desde el ego porque es el ego el que necesita. El ego es lo opuesto a la libertad y produce infelicidad.


Jorge Olguín: Psicointegración. Directamente sin canalizar pero de alguna manera Johnakan se expresa en línea directa.
Todos los seres humanos tenemos varias facetas que podríamos llamarlas roles de ego. En la psicología junguiana coinciden con algunos arquetipos.

Existe el arquetipo del Niño Eterno. El Niño Eterno, que cabe tanto para el hombre como para la mujer, representa a aquella persona que vive demandando, la persona que demanda. Generalmente el Niño Eterno cabe más la etiqueta para el varón. Es el varón que nunca crece, el varón que no se hace cargo, que no se hace responsable de sus actos. En la mujer sería la Madre Castradora: "No te vayas, no salgas con tus amigos, mira la comida rica que te preparé, quédate aquí". Tanto el Niño Eterno que demanda como la Madre Castradora que también demanda cortan las alas en la relación de pareja.

Hay muchos roles que son reforzados por experiencias tanto de esta vida como de vidas anteriores. Seguramente la mayoría de nosotros no recordamos esas vidas anteriores pero sentimos como un déjà vu, un "ya visto" y de repente algo que vivimos, algo que nos pasa, una experiencia, un episodio que estamos viviendo sentimos como que ya lo hubiéramos vivido. Entonces, vemos como que determinadas circunstancias nos frenan.

Hay personas, tanto varones como mujeres, que habiendo tenido frustraciones, fracasos, anhelos no resueltos, lo incorporan de tal manera a su mente, lo incorporan de tal manera a su alma que dentro suyo, pero muy dentro suyo en su inconsciente sienten el temor a arriesgarse no porque la otra persona haya dicho algo poco prudente o porque haya tenido alguna actitud que revelara intenciones de no compromiso, no, simplemente porque la persona que arrastra estas vivencias dolorosas es como que tuviera un cristal en sus ojos, que viera las escenas con otro color. Traducido: Que lo muy positivo lo vea medianamente positivo, que lo medianamente positivo lo vea neutro y que lo neutro lo vea negativo. Y entra en crisis.

En el mundo de la psicología y en el mundo incluso de la filosofía crisis significa oportunidad y cambio, entendiendo que si somos positivistas todo cambio va a ser para mejor. Aquella persona que no se arriesga al cambio, aquella persona que no se juega por lo que anhela no sólo se frustra sino que es responsable de sus propias frustraciones porque se encierra como en un caparazón y no permite exteriorizar, no permite explayarse, no permite crecer y puede contagiar al entorno. No significa que la persona sea infeliz, una palabra que en la sociedad es mala palabra: "Infeliz". Infeliz significa no ser feliz en determinado momento con determinadas decisiones, con determinadas circunstancias. ¿La felicidad es un estado? Sí, pero la felicidad también es algo que se atrae con decisiones a tomar, no significa que siempre las decisiones sean acertadas pero si no las tomamos, si no asumimos el riesgo vamos a quedar como aquella barca que quedó varada en los arrecifes y que la punta de la roca va terminar hundiéndola.

Asumir un riesgo es algo positivo pero yo iría más lejos todavía. En una relación afectiva el amor jamás es un riesgo, el amor es placer, el amor es felicidad, el amor es armonía. Nunca equilibrio porque equilibrio es como la balanza que tiene dos pesos iguales en ambos platillos y queda muerta. El equilibrio está en la muerte. En una relación hay armonía, no equilibrio. Y la armonía no tiene porqué ser equilibrada porque la armonía tiene distintos tonos, distintas maneras y eso es lo jugoso.

El amor es como degustar un licor, comer una buena comida o ver una buena película. Pero si yo degusto siempre el mismo licor o siempre degusto el mismo plato o siempre veo la misma película o el mismo tipo de películas me voy a saturar.

El mundo de afuera va a mal interpretar mis palabras:

-¿Eso significa, profesor, que si tú estás siempre con la misma persona te saturas?

-No, yo no he dicho eso. Yo he dicho que si siempre muestras un equilibrio en los afectos te saturas.

Pero en cada persona hay cientos de aristas. Una persona no es una película, una persona no es una copa de licor ni un plato de comida, una persona muestra mil facetas. Pero no hablo de roles de ego.

Un día estás contento, otro día exultante, otro día ansioso por ir a visitar un museo, otro día llueve y te quedas en la casa con la pareja leyendo un libro, mirando una película, conversando, compartiendo un café.

En el verdadero amor hay infinidad de facetas. En el verdadero amor no existe el aburrimiento. Muchas personas que inician una relación tienen temor de que la otra persona le puede pasar lo mismo porque es recíproco el temor de que sea enamoramiento y no amor. A distintas personas a las que he tratado y que me han consultado les he comentado -porque estoy convencido de ello- que el enamoramiento parece más fuerte que el amor.

-Deme un ejemplo, profesor.

Sí, se lo doy: -Tú estás en plena oscuridad en una cueva y enciendes una antorcha y la antorcha te encandila. O en plena noche enciendes un fuego artificial para la fiesta y te encandila. Pero, ¿cuánto dura un fuego artificial? Segundos.

El amor es distinto al enamoramiento porque es una llama que capaz no te encandile, capaz no te deje momentáneamente ciego, puede ser una antorcha en la oscuridad pero que a diferencia del fuego de artificio no se consume, perdura. Muchas personas han fracasado porque han confundido enamoramiento con amor.

El enamoramiento es impulso, deseo, necesidad, agitación. Y con el enamoramiento pueden pasar dos cosas: una mala y una buena. La mala que el enamoramiento se vaya diluyendo y no quede nada, como el fuego de artificio. O puede pasar que ese enamoramiento tenga bases sólidas, tenga fuertes columnas y quede lo mejor, que es el amor.

Otra diferencia entre el enamoramiento y el amor es que el enamoramiento idealiza. El idealizar es algo negativo porque todos los seres humanos tenemos defectos, no hablo de defectos grandes, hablo de costumbres que capaz el otro no tenga o la otra no tenga, o maneras, o circunstancias y entonces viene el desencanto:

-¡Ah! No me imaginé que sería así.

Eso es el enamoramiento que ve a la princesa como que siempre está maquillada, siempre está con los zapatitos de cristal. La princesa ve al príncipe siempre rasurado, siempre bien afeitado, siempre bien peinado. La princesa no se imagina al príncipe en ropa interior, descalzo, un fin de semana con barba de tres días.

El amor es distinto porque el amor ama virtudes y comprende defectos -quizá mal llamado defectos, quizá situaciones mundanas, comunes- en una relación donde el varón no siempre va a estar de traje y corbata y la mujer no va a estar con su vestido elegante ni perfectamente peinada o maquillada.

Alguna vez hubo varones que han venido a mi consulta y me han dicho:

-A la mañana me he desencantado porque esa noche que salimos de bailar y fuimos a casa y estuvimos juntos y al día siguiente la vi despeinada, sin maquillaje, con la cara lavada y era otra persona.

-¡Ah, claro! ¿Y sabes por qué? Porque tú no te has enamorado de su interior. Tú tenías enamoramiento por el exterior que se basaba en el deseo y en la contemplación.

-Pero, ¡cómo, profesor! ¿El deseo no es válido en el amor?

-Sí, absolutamente válido pero el amor es mucho más. No encandila como el enamoramiento pero mira también lo de adentro. Porque si tú solamente vieras lo externo, la capa, todos envejecemos. Entonces, de aquí a 10 años esa mujer o ese varón del que te enamoras tendría más canas, más arrugas en las manos, en el cuello, más arrugas en la frente. Pero si tú te has enamorado de su interior tu amor será igual o mayor que hace 10 años atrás porque el amor se retroalimenta. Sí hay una cosa que debo dejar en claro: el amor debe regarse cada día como una plantita.

-Pero, ¡cómo! No entiendo cómo regarlo cada día.

-Cada día ambos -no solamente el varón porque el varón debe ser caballero pero la mujer debe ser dama- debéis ser atentos uno con el otro, decirse uno al otro "Te amo". Esa palabra no se gasta. ¡No se gasta! Ser corteses uno con el otro, tratarse bien como si estuvierais de novios. Porque he visto infinidad de parejas que no a los 6 años, a los seis meses: "¡Ah, tú! Oye, alcánzame eso".

¡Espera! ¿Con quién estás hablando? Tienes que seguir hablando como el primer día:

-Mi amor, por favor, concédeme la presencia de tu ser y alcánzame aquello que te pido.

Nunca hay que perder eso, eso es regar el amor. Y mirar a la persona como el primer día y decirle "No te amo como aquella vez, te amo el doble". Esa es la diferencia entre el enamoramiento y el amor.

Entonces, ¿podemos asumir el riesgo? Siempre digo que el amor no es riesgo pero bueno, la palabra vale. Sí, es importante asumir el riesgo porque yo enseño que nosotros nunca buscamos una pareja para ser felices porque eso sería depender de la felicidad del otro. O sea, si yo busco una pareja para ser feliz, si esa pareja se corta dejo de ser feliz. O sea, que mi felicidad depende de tener una relación. Eso es artificial. Lo correcto, lo indicado es "Yo soy feliz porque me siento bien conmigo mismo, porque me siento importante", -importante como autoestima, no como vanidad porque la gente se piensa que cuando se siente importante es vanidoso. No, uno puede ser humilde e importante a la vez-. Soy feliz y comparto mi felicidad con la otra persona, no dependo de la otra persona para ser feliz, la otra persona también es feliz y compartimos nuestras felicidades. Pero como somos libres si el día de mañana por alguna razón tomáramos una distancia provisoria o permanente seguiríamos igual siendo felices aun extrañándonos. Lo incorrecto es buscar una relación para tener esa felicidad porque sería algo artificial. Sería como decir "Yo soy feliz porque tengo dinero. Yo soy feliz porque puedo comer helado. Yo soy feliz porque puedo viajar". Y si no tengo dinero y si no como helado y si no puedo viajar, ¿soy infeliz? Entonces sería una felicidad provocada por algo de afuera, eso no es felicidad.

En una relación de pareja primero somos felices y luego compartimos la felicidad con la otra persona. Eso es el verdadero amor. Además es respeto porque si yo busco otra persona para ser feliz, ¿hasta qué punto estoy amando o estoy necesitando?

Vuelvo a lo que dije al comienzo. En una relación de pareja el combustible es el amor personal, un amor donde abreva mitad del sentimiento y mitad de la emoción. Eso es muy importante, eso es absolutamente importante. Lo importante es que entre el sentimiento y la emoción haya armonía, haya una total y absoluta armonía.

Habiendo armonía, habiendo sinceridad voy a lo que yo digo siempre. El amor es como una mesa sostenida por cuatro patas: Diálogo, porque siempre tiene que haber diálogo. Deseo, porque en una relación afectiva tiene que haber deseo, la otra persona te tiene que atraer. Respeto y admiración, no admirar porque la otra persona hace grandes proezas que subió a la Aconcagua, que llegó a los 6.800 metros de altura, no, admiración porque la otra persona es, aparte de pareja, un buen compañero, una buena compañera, admiración porque es una persona genuina, una persona que te mira a los ojos y te dice las cosas como son, buenas o malas. Una persona que puede compartir contigo un buen día o un mal día sin que ese mal día haga que la conducta sea negativa para contigo porque yo puedo tener un mal día, puedo estar con el rostro apesadumbrado pero cuando llego a mi casa a compartir con mi pareja seré sincero "Hoy no tuve un buen día" pero eso no va a impedir que diga "Te amo" y le dé un fuerte abrazo y hasta un beso.

Nada puede manchar el amor de una relación, el genuino amor, nada de afuera. Solo nosotros tenemos la capacidad de que alguna de las cuatro patas del amor se voltee: Diálogo, Deseo, Respeto y Admiración.

El respeto es lo más importante porque dentro del respeto está la lealtad y esto es algo muy importante que muy pocas veces se ha dicho. Yo no hablé de fidelidad, yo hablé de lealtad porque la lealtad abarca fidelidad y un montón de cosas más y esto muy poca gente lo entiende. La lealtad no es para el otro, para con el otro, la lealtad es para conmigo porque si yo soy leal conmigo voy a ser leal con mi entorno porque todo pasa por mí. De la misma manera que soy feliz voy a compartir mi felicidad con la otra persona y voy a hacer feliz a la otra persona pero la persona tampoco va a estar conmigo para que yo la haga feliz porque va a tener su propia felicidad que la vamos a compartir. Entonces la lealtad es uno de los mayores combustibles del amor porque es la columna más fuerte, lealtad de decirse las cosas buenas y malas. Y lealtad es comprender porque si se comprende no se prejuzga, si no se prejuzga no se juzga, si no se juzga no se condena y como digo siempre si no se condena no hay nada que perdonar porque comprendido está. Comprendo las actitudes porque sé lo que pasa con la persona, porque no somos robots, no somos androides, no somos automatizados, no vivimos en piloto automático, estamos alerta como digo siempre. Si estamos alerta vamos a poder comprender, si comprendemos toleramos pero como digo siempre no toleramos desde el ego "¡Ah! Bueno, te tolero." No, no, eso no es tolerar. Tolerar es tener la tolerancia de abarcar todo desde el amor, a partir de ahí todo el futuro es para uno, en pareja.